Siempre me han apasionado las nuevas tecnologías aplicadas a los medios de pago. Mi ejercicio de oposición a Profesora Titular de Universidad, allá por el año 2003, consistió en “dinero electrónico”. Con posterioridad, ese mismo año, publiqué una monografía sobre el tema. Seguí el desarrollo de bitcoin, y descubrí todo un nuevo y fascinante océano jurídico. Por ello, se cumplen ya siete años desde que constituí BAES, el que sería el primer laboratorio de Tecnología financiera y Derecho en la Universidad pública española, grupo de investigación que sigo dirigiendo en la actualidad. Este modesto laboratorio nació con la intención de servir de “faro de investigación” y observatorio sobre las adaptaciones de nuestro mercado a los cambios que la tecnología le marcaba y los límites que el Derecho procuraba. Decidí entonces que solo era posible navegar en este proceloso océano con el trabajo conjunto de la Comunidad Universitaria abierta y de prácticos de la Tecnología. Este enfoque multidisciplinar, decíamos, constituiría la mejor tripulación imaginable y “la metodología de nuestro tiempo”, y añadíamos, el mercado sería “el tema de nuestro espacio digital”. Y es que además de la tecnología, se necesitaba de una clave de Gobernanza cooperativa que soportara la investigación y la infraestructura tecnológica, y su mantenimiento “sostenible”, para generar mercados abiertos. Debíamos estar preparados desde la ciencia jurídica para la comprensión integral e indisoluble de ambos océanos, tecnológico y jurídico, y dar respuesta a los retos que plantean sus interacciones. 

La cuestión, decíamos, no era baladí, se necesitaba de la doctrina mercantil para que su contribución esclareciera las nuevas coordenadas del mercado y sus ilícitos. De ahí la importancia de retomar los claros “mapas conceptuales” que, desde siempre, ha aportado la doctrina mercantil. De este modo, nos pareció posible afirmar, como hipótesis, que la Identidad Digital y la tecnología Blockchain podrían contribuir a hacer efectiva la portabilidad de datos y activos en el Mercado Único Digital (así lo defendí en mi contribución Public Hearing titulado Blockchain: technology for the social economy 4.0 el día 29 de mayo de 2019 en Bruselas). Aplicamos nuestras investigaciones, realizamos diferentes pruebas de concepto (PoC) y, finalmente, constituimos en plena pandemia (3 de junio de 2020) BlockchainFUE, la que sería la primera sociedad cooperativa que presta servicio de red Blockchain del mundo. Nuestro objetivo, demostrar que de una investigación básica universitaria era posible llegar a una aplicación real, sin ánimo de lucro, para la Sociedad.

Por fin hemos llegado a cartografiar el nuevo continente. De su gestación y alumbramiento hemos sido testigos y marineros fieles. En enero de 2024 celebramos la llegada de un nuevo año en el que hemos conseguido que nuestro laboratorio se convierta en un Grupo de Investigación de Excelencia (Prometeo 2023), que nuestra cooperativa siga prestando servicio de red y el haber construido una verdadera barbacana científica, cimentada en los resultados de investigación previos, desde la que otear una regulación y unos avances tecnológicos inimaginables en 2017. Podríamos decir que 2023 los elevó a su cota más alta, con la democratización de la Inteligencia artificial. 

Nuestro objetivo ahora es deslindar el territorio y afianzar el proceso de decantación tecnológica y técnico-jurídica, para llegar una construcción depurada y más o menos segura, jurídicamente hablando, de un nuevo edificio que será el bastión de las personas, así como el concepto y sistema del Derecho mercantil del Siglo XXI que emerge como consecuencia “de” las nuevas tecnologías, “para” financiarlas. Como se sabe, en toda construcción de un nuevo edificio es necesaria la contribución de múltiples oficios que entran y salen, en distintas fases de su construcción, y que, finalmente, consiguen una estructura armoniosa en la que pueden acomodarse, hogares, empresas, Administraciones, máquinas, datos, activos, algoritmos… que se rigen en comunidad de vecinos.

La tecnología seguirá dictando cómo se diseña la arquitectura del “nuevo Derecho mercantil”, nosotros intentaremos que su clave de bóveda siga siendo los derechos fundamentales de las personas, así como contarles desde el Ágora de BAES sus avances y retrocesos.

Queremos compartir el espacio que el Proyecto Prometeo nos permite y el deber que la nueva realidad tecnológica y legal imprimen. Nos sentimos muy ilusionados con la apertura de una nueva Comunidad de debate abierta e invitamos a la Comunidad científica a participar en la construcción del edificio de todos, hacerlo de forma multidisciplinar y dado que el conocimiento no entiende de fronteras, profesiones, clases sociales, o escuelas, solo se les pedirá que lo expresen de forma libre y respetuosa a todos aquellos que quieren humildemente difundirlo. 

Bienvenidos a este nuevo espacio, ¡ayúdanos a construirlo!

Mª del Carmen Pastor Sempere, Profesora Titular de Derecho Mercantil en la Universidad de Alicante e Investigadora Principal de LegalCripto by BAES (Prometeo 2023, CIPROM/22/26)

Cómo citar este post: Pastor Sempere, C., ‘La clave de BAES’, La clave de BAES, 10 de enero de 2024, https://www.baeslegalcripto.eu/legalcripto/la-clave-de-baes/.